“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”
(1Co_15:58).
El segundo pasaje es Isa_55:10-11, “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Aquellos que están entregados a distribuir la Palabra viva de Dios tienen el éxito asegurado. Los resultados están garantizados. Su Palabra es irresistible. Así como los ejércitos del mundo son impotentes para impedir que caiga la lluvia y la nieve, del mismo modo todas las huestes de demonios y hombres son incapaces de impedir que la Palabra avance y revolucione vidas humanas. Estamos del lado de los ganadores.
Hay un extraordinario estímulo en Mat_10:40, “El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”. ¿Has sido desairado alguna vez a causa de tu testimonio cristiano? ¿Se han apartado de ti? ¿Se han burlado de ti? ¿Te han insultado o alguien te ha cerrado la puerta en las narices? Bien, no lo tomes como algo personal. Al rechazarte, en realidad la gente está rechazando al Salvador. La manera en que la gente te trata es el modo en el que tratan al Señor. ¡Qué maravilloso es estar vinculado tan estrechamente con el Hijo de Dios!
El último versículo es 1Co_15:58 (ya citado antes). Pablo ha estado exponiendo la verdad de la resurrección. Si esta vida fuera todo cuanto hay, entonces nuestra labor sería en vano. Sin embargo, más allá de la tumba está la gloria eterna. Todo lo que se hace en el Nombre del Señor será recompensado entonces. Ningún servicio de amor habrá sido infructuoso o inútil.
El servicio cristiano es el más glorioso de todos los llamados. Nunca habrá una razón válida para abandonarlo. Los estímulos y el ánimo que ofrece la Palabra de Dios son suficientes para guardarnos de volvernos atrás.