biblia
martes, 31 de diciembre de 2013
FELIZ AÑO 2014
QUERIDOS HERMANOS Y HERMANAS EN CRISTO :
OTRO AÑO ESTA APUNTO DE ACABAR HOY ESTE MUNDO, FESTEJA QUE TERMINA UN AÑO Y COMIENZA OTRO PERO PARA NOSOTROS LOS HIJOS DE DIOS ES UN PEREGRINAR EN ESTE MUNDO, Y SABEMOS QUE ESTAMOS DE PASO POR ESTA VIDA NUESTRA ESPERANZA NO ESTA EN NADA DE ESTA TIERRA SINO EN LOS CIELOS EN NUESTRO GRAN SALVADOR Y SEÑOR JESUCRISTO GLORIA A EL POR SIEMPRE POR ESO HERMANOS DESDE ESTE BLOG LA VERDAD ABSOLUTA SEGUIREMOS ANIMANDO AL PUEBLO DEL SEÑOR A ESTAR FIRME EN LA VERDAD ABSOLUTA QUE ES DIOS .
DESEANDO QUE EL CRISTO DE LA GLORIA SIGA BENDICIENDO Y FORTALECIENDO SUS VIDAS ASTA QUE EL SEÑOR VUELVA.
ALELUYA
NUESTRA ESPERANZA EN GLORIA
Me has guiado según tu consejo, y
después me recibirás en gloria.
Salmos 73:24
De día en día, y de año en año, mi fe confíaen su sabiduría y en el amor de Dios, y sé que mi confianza no
será vana. Ninguna palabra suya de bondad ha faltado jamás, y
seguro estoy de que nunca faltará.
En sus manos me pongo para ser dirigido.
Ignoro el camino que debo seguir, mas el Señor elegirá mi heredad.
Necesito consejo, porque mis obligaciones son complicadas
y mi situación embarazosa. Me acerco al Señor, como el
Sumo Sacerdote en otro tiempo miraba el Urim y el Thummim.
Busco el consejo del Dios infalible con preferencia a mi propio
juicio, o a los juicios y consejos de mis amigos. ¡Glorioso Jehová,
Tú me guiarás!
Pronto llegará el fin: unos pocos años más,
y saldré de esta vida para ir al Padre. El Señor estará cerca de mi
lecho. Me recibirá a la puerta del cielo: me dará la bienvenida en
la gloria. No seré un extraño en el cielo: mi propio Dios y Padre
me recibirá en la bienaventuranza eterna.
GLORIA SEA DADA
A AQUEL QUE ME GUIARÁ AQUÍ
Y ME RECIBIRÁ ALLÍ.
AMÉN.
NUEVO AÑO
“Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año”.
Exo_12:2
Los propósitos del nuevo año son buenos pero frágiles, esto es, se rompen fácilmente. Las oraciones de Año Nuevo son mejores; ascienden al trono de Dios y ponen en movimiento las ruedas de la respuesta. Cuando llegamos al comienzo de otro año, haremos bien en apropiarnos de las siguientes peticiones:
Señor Jesús, este día me consagro a ti una vez más. Deseo que tomes mi vida este año que empieza y que la emplees para Tu Gloria. “Que mi vida entera esté consagrada a ti, Señor”.
Te pido que me guardes del pecado, de cualquier cosa que deshonre Tu Nombre.
Hazme dócil por el Espíritu Santo. Quiero avanzar hacia ti. No permitas que quede atrapado en un bache a la mitad del camino.
Sea mi lema este año: “Es necesario que él crezca, y que yo mengüe”. Toda la gloria sea para Ti, y ayúdame a no tocarla.
Enséñame a hacer de cada decisión un asunto de oración. Me aterroriza la idea de apoyarme en mi propia prudencia. “Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos” (Jer_10:23).
Muera yo al mundo y aun a la aprobación o descrédito de los que amo o de mis amigos. Dame el deseo único y puro de hacer las cosas que agradan a Tu corazón.
Guárdame de murmurar y criticar a los demás. Más bien ayúdame a hablar lo que es edificante y provechoso.
Guíame a las almas necesitadas. Sea yo amigo de los pecadores, así como Tú eres. Dame lágrimas de compasión por los que perecen. “Miraré a la multitud como mi Salvador la vio, hasta que mis ojos de lágrimas se llenen. Contemplaré a las ovejas errantes con dolor, y por amor a él, las amaré”.
Señor Jesús no permitas que me vuelva frío, amargado o cínico a pesar de todo lo que pueda pasarme en la vida cristiana.
Guíame en la administración de mi dinero. Ayúdame a ser buen administrador de todo aquello que me has confiado.
Ayúdame a recordar momento a momento que mi cuerpo es templo del Espíritu Santo, y que esta tremenda verdad influya toda mi conducta.
Y, Señor Jesús, pido que éste sea el año de Tu retorno. Ansío ver Tu rostro y caer a Tus pies en adoración. Durante el año que empieza, que la esperanza bendita se mantenga fresca en mi corazón, librándome de todo lo que pudiera detenerme aquí, y guárdame en la cúspide de la esperanza. “¡Ven, Señor Jesús!
lunes, 30 de diciembre de 2013
AL QUE VENCIERE
Al que venciere daré a comer del
árbol de la vida, el cual está en medio
del Paraíso de Dios.
Apocalipsis 2:7
Nadie puede volver la espalda en la batalla,ni negarse a ir a la guerra santa. Si queremos reinar, es forzoso
pelear y proseguir luchando hasta vencer a nuestros enemigos;
de lo contrario, la promesa no es para nosotros, ya que sólo pertenece
«al que venciere». Debemos vencer a los falsos profetas
que se han introducido en el mundo y todos los males que acompañan
sus enseñanzas. Debemos vencer la cobardía de nuestro
corazón y la tendencia a dejar nuestro primer amor. Leed todo
lo que el Espíritu dice a la Iglesia de Éfeso.
Si por gracia obtenemos la victoria, y ésta
la lograremos ciertamente si seguimos a nuestro Capitán victorioso,
seremos admitidos en el mismo centro del paraíso de Dios,
y nos será permitido pasar por delante del querubín con su espada
de fuego y llegaremos al árbol por él guardado, de cuyo
fruto, quien comiere, tendrá vida eterna. De este modo escaparemos
de la muerte, que fue la sentencia lanzada contra el pecado,
y ganaremos la vida eterna, sello de la inocencia, y coronamiento
de principios inmortales de una santidad según Dios.
Ven, alma mía, y esfuérzate. Huir del conflicto significa perder
los goces del nuevo y más excelente Edén. Pelear hasta vencer es
andar con Dios en el Paraíso.
IR A DIOS
“Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio” (Heb_13:13).
La primera lección que aprendemos de este versículo es que Cristo es el centro de reunión de Su pueblo. No nos congregamos en torno a una denominación, iglesia, edificio o algún gran predicador, sino sólo en Cristo: “a él se congregarán los pueblos” (Gen_49:10). “Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo pacto con sacrificio” (Sal_50:5). La segunda lección es que debemos salir a él, fuera del campamento. Algunos han definido el campamento como “todo sistema religioso terrenal adaptado al hombre natural”. Se trata de la esfera religiosa en la que Cristo es deshonrado y degradado, la pagana monstruosidad que se disfraza hoy como cristianismo y que enmascara a todos los que: “tienen apariencia de piedad pero niegan la eficacia de ella”. Cristo está afuera, y debemos salir a él.
También aprendemos que salir con Cristo fuera del campamento conlleva vituperio. A veces los cristianos sufren vituperio por causa de su obediencia al Señor en cuanto a la comunión de la iglesia. Más y más, las asociaciones eclesiales tienen cierta medida de prestigio y posición social. Pero cuanto más nos acerquemos al patrón del Nuevo Testamento, más tendremos que compartir en Su vituperio. ¿Estamos dispuestos a pagar ese precio?
El hombre de vestido teñido me llamó,
Conocí Su voz, mi Señor crucificado;
No pude resistir cuando a sí mismo se mostró,
Y obedecí, dejando todo a un lado.
Este mundo me expulsó una vez que hubo encontrado
Que en mi rebelde corazón estaba coronado
Aquél al que había rechazado, despreciado y asesinado,
A quien Dios con poder maravilloso había para reinar resucitado.
Y así, mi Señor y yo estamos fuera del campamento,
Pero más dulce que cualquier lazo terrenal es su presencia.
Que una vez conté más grande que su llamamiento;
Estoy fuera para el mundo, pero de mi Señor no siento ausencia.
Seleccionado
OFRECER A DIOS
“Porque no ofreceré a Jehová mi Dios holocaustos que no me cuesten nada”
(2Sa_24:24).
Cuando a David se le indicó que ofreciera holocaustos donde el Señor había detenido la peste,Arana presentó de inmediato un regalo que consistía en terreno, bueyes y leña para el fuego. Pero David insistió en comprar estas cosas. No ofrecería al Señor algo que no le costara.Sabemos que llegar a ser cristiano no cuesta nada, pero también debiéramos saber que una vida de discipulado genuino cuesta mucho. La religión que no cuesta nada no vale nada.
Muy a menudo el grado de nuestro compromiso está determinado por consideraciones de conveniencia, costo y comodidad. Sí, iremos a la reunión de oración sino estamos cansados o no tenemos dolor de cabeza. Sí, enseñaremos en la clase bíblica siempre y cuando ésta no interrumpa un fin de semana en la montaña.
Nos pone nerviosos orar en público, dar un testimonio o predicar el evangelio, por lo tanto, permanecemos en silencio. No tenemos deseos de trabajar predicando entre los marginados y los de clase baja, por temor a los piojos o las moscas. Desechamos cualquier deseo de ir al campo de misión por el horror a las víboras o las arañas.
A menudo ofrendamos solamente propinas en lugar de sacrificios. Ofrendamos lo que nos sobra, a diferencia de aquella viuda que lo dio todo. Nuestra hospitalidad depende del importe de los gastos, las incomodidades y el desorden en nuestras casas, a diferencia del ganador de almas que decía que cada alfombra de su casa estaba manchada por el vómito de los borrachos que recibía. La disponibilidad hacia la gente necesitada llega a su fin cuando nos metemos en nuestra cama de agua, a diferencia del pastor que estaba dispuesto a levantarse en cualquier momento para dar asistencia espiritual o material.
Con mucha frecuencia cuando Cristo nos llama, nos preguntamos: “¿Cómo me beneficia esto?” o “¿Valdrá la pena?” La pregunta debería ser: “¿Es ésta una ofrenda que realmente cuesta?” Bien se ha dicho: “En la vida espiritual es mejor dar que recibir”.
Cuando pensamos en lo que le costó nuestra redención al Salvador, es bien pobre el retroceder ante el coste y sacrificio por él.
jueves, 26 de diciembre de 2013
EL SEÑOR ESTÁ A LA PUERTA
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”
(Apo_3:20).
Es sorprendente que muchos no respondan de inmediato al llamado del Señor Jesús. Si fuera un vecino el que llamara, la puerta se abriría rápidamente. Si se tratara de un vendedor, alguien al menos tendría la cortesía de abrir la puerta y decirle: “¡No queremos nada!” Ciertamente si fuera el rey, presidente o aun el alcalde, los miembros de la familia lucharían entre sí por el privilegio de darle la bienvenida. Es extraño, entonces, que cuando el Creador, Sustentador y Redentor está en la puerta, se le trate fría y silenciosamente.
El rechazo del hombre es tanto más irracional cuando comprendemos que el Señor Jesús no viene para robar sino para dar, y para dar vida abundante.
Una noche, un radioyente llamó a un predicador que daba mensajes en la emisora, diciéndole que deseaba hacerle una visita. El predicador probó toda clase de excusa para disuadirle de venir, pero finalmente cedió. Como resultado, el visitante llegó con un enorme regalo de dinero para ayudar con los gastos de la radio. Después que se hubo marchado, el predicador dijo: “Estoy contento de haberle dejado entrar”.
Joe Blinco acostumbraba describir una escena, en la que se mantenía una animada conversación en la estancia de una casa. Repentinamente llamaron a la puerta principal. Un miembro de la familia dijo: “Hay alguien en la puerta”.
Otro se levantó de un salto, fue a la puerta y abrió. Entonces otro preguntó: “¿Quién es?” Desde la puerta vino la respuesta. Finalmente el padre de familia ordenó en voz alta: “Dejadle entrar”.
Este es el evangelio en resumen. ¡Escucha! Hay Alguien en la puerta. ¿Quién es? Es el Señor de la vida y la gloria, Aquel que murió como Sustituto por nosotros y resucitó al tercer día, Aquel que ahora está entronizado en la gloria y viene pronto a recoger a Su pueblo para que viva con él eternamente. ¡Díle que entre!
miércoles, 25 de diciembre de 2013
SU CUERPO PARTIDO
“Mi cuerpo que por vosotros es partido”
(1Co_11:24).
Amy Carmichael apunta en su lista cuatro cosas quebradas que figuran en la Biblia y los resultados conseguidos por ellas.
Cántaros quebrados (Jue_7:18-19), y la luz brilló.
Un vaso de alabastro quebrado (Mar_14:3), y el perfume se esparció.
Pan partido (Mat_14:19), y la multitud fue alimentada.
Un Cuerpo partido (1Co_11:24), y el mundo fue redimido.
Es nuestro privilegio añadir un quinto a la lista: una voluntad quebrantada, y el resultado es una vida inundada de paz y realización.
Muchos que han acudido a la Cruz para salvación nunca han ido allí buscando el quebrantamiento de su voluntad. Pueden tener una disposición gentil y apacible, nunca haber hablado más alto que un susurro, tener una apariencia externa de espiritualidad y sin embargo, tener una voluntad de acero que les impide alcanzar en la vida lo mejor de Dios.
Algunas veces sucede con jóvenes que están enamorados y consideran la posibilidad del matrimonio. Los padres y amigos con juicio sabio y maduro que les conocen, pueden ver que nunca funcionará. Pero, la pareja testaruda rechaza cualquier consejo que no quiere oír. Las mismas voluntades intratables que les guían al altar matrimonial, les llevan poco más tarde ante el tribunal del divorcio.
Lo hemos visto con cristianos que están determinados a entrar en cierto negocio cuando claramente no tienen la experiencia ni el conocimiento necesario para conducirlo. Contra el consejo de asociados conocedores, malgastan su propio dinero y a menudo el dinero prestado de amorosos amigos. Sucede lo inevitable. El negocio fracasa y entran los acreedores para llevárselo todo.
No es extraño ver los efectos dañinos de una voluntad no quebrantada en el servicio cristiano. Lleva a un hombre y su familia al campo de misión sólo para repatriarlo en un año con gran coste para la iglesia que lo envió. Agota los fondos de los cristianos crédulos que financian un proyecto que fue idea del hombre, no de Dios, un proyecto que resulta ser contraproducente. Es una persona que se niega a trabajar cooperativamente con los demás generando contienda e infelicidad. Va a su aire.
Todos necesitamos ser quebrantados, tomar toda nuestra obstinación, toda nuestra terquedad y llevarlas al pie de la Cruz. Esa voluntad de acero debe ser puesta sobre el altar del sacrificio. Todos hemos de decir con Amy Carmichael:
Tú fuiste quebrantado, Señor, por mí,
Sea yo quebrantado, Señor, por amor a ti.
martes, 24 de diciembre de 2013
EL GRAN MISTERIO DE LA PIEDAD
“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne”
(1Ti_3:16).
domingo, 22 de diciembre de 2013
COMO EL AGUILA ( POEMA )
Cual águila es el cristiano,
es fiel la comparación;
se deleita en las alturas
en Aquel que lo creó.
Si alguna vez intentara
elevarse y no pudiera,
es tiempo de renovar
todas sus plumas ya viejas.
A la Roca se dirije,
contra ella se quebranta,
voluntariamente sufre
pero sale renovada.
Si el mal tiempo se avecina
y le alcanza la tormenta,
No teme, no sale huyendo;
nunca jamás se amedrenta.
Esta es la oportunidad,
el momento que esperaba;
con voluntad y valor
se dispone a traspasarla.
No tarda en subir muy alto;
alcanzó lo que anhelaba:
que el huracán con su fuerza
a la cima le elevara.
Se cumple ese hermoso verso
de la Escritura sagrada:
"Todo obra para bien
en aquellos que a Dios aman"
EL FIEL AMIGO ( POEMA )
¿Quièn por tormentas no ha pasado
y en un sòlo instante
el mundo se le vino abajo?
Con desespero comenzamos
a buscar al amigo que siempre
se supone está a nuestro lado,
y con gran sorpresa vemos,
que ese amigo, está muy ocupado.
Yo conozco un amigo fiel
y nunca para tí está ocupado,
un amigo que siempre está a tu lado,
con las manos extendidas
esperando a que tú vayas
a sus brazos, asi como estés
con todas tus problemas y pecados.
El está listo a perdonar, llevarse
todas tus ansiedades y echar todos
tus pecados a lo profundo de la mar
y ser para siempre olvidados.
Sòlo dale tu corazón con sinceridad
y acéptalo como tu Salvador.
¿Quiéres conocerlo?
Te lo presento, su nombre es :
JESUS
y en un sòlo instante
el mundo se le vino abajo?
Con desespero comenzamos
a buscar al amigo que siempre
se supone está a nuestro lado,
y con gran sorpresa vemos,
que ese amigo, está muy ocupado.
Yo conozco un amigo fiel
y nunca para tí está ocupado,
un amigo que siempre está a tu lado,
con las manos extendidas
esperando a que tú vayas
a sus brazos, asi como estés
con todas tus problemas y pecados.
El está listo a perdonar, llevarse
todas tus ansiedades y echar todos
tus pecados a lo profundo de la mar
y ser para siempre olvidados.
Sòlo dale tu corazón con sinceridad
y acéptalo como tu Salvador.
¿Quiéres conocerlo?
Te lo presento, su nombre es :
JESUS
sábado, 21 de diciembre de 2013
LA PROMESA DE DIOS
Y pondré enemistad entre ti y la
mujer, y entre tu simiente y la simiente
suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú
le herirás en el calcañar.
Génesis 3:15
Tal es la primera promesa hecha al hombre
caído. En ella está contenido todo el Evangelio y la esencia del
pacto de la gracia. En gran parte, ya ha sido cumplida: la simiente
de la mujer ha sido herida en su calcañar en la persona de
nuestro Señor Jesucristo. Y ¡qué herida más espantosa! Mas
¡cuán terrible será también el quebrantamiento final de la cabeza
de la serpiente! Esta profecía, virtualmente, tuvo cumplimiento
por primera vez cuando Jesucristo llevó sobre sí el pecado del
hombre; venció a la muerte y quebrantó el poderío de Satán;
pero se cumplirá total y definitivamente en la segunda venida
del Señor y en el juicio final.
Para nosotros esta promesa constituye una
profecía, a saber: heridos en el calcañar también seremos afligidos
en nuestra corrompida naturaleza por el poder del mal; empero
podremos triunfar en Cristo, el cual aplastó la cabeza de la
antigua serpiente. Durante el año, tendremos ocasión de experimentar
la primera parte de esta promesa ante las tentaciones
con que nos acechará Satanás, y ante los ataques de los impíos,
que son su simiente. Tal vez saldremos heridos y maltrechos de
la lucha, mas no desmayaremos si sabemos acogernos a la segunda
parte del versículo. Alegrémonos por anticipado en la seguridad
de que reinaremos con Cristo que es la simiente de la mujer.
viernes, 20 de diciembre de 2013
HACEDORES DE LA PALABRA
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”
(Stg_1:22).
Algunos tienen la engañosa idea de que si asisten a reuniones, conferencias y seminarios están haciendo la obra de Dios. Desde el púlpito y en todas partes se habla de lo que debemos hacer y, a pesar de esto, nos engañamos frecuentemente pensando que hacemos Su voluntad. Lo que en realidad sucede es que aumentamos nuestra responsabilidad y nos engañamos a nosotros mismos, pensando que somos espirituales cuando en realidad somos muy carnales. Nos engañamos al suponer que estamos creciendo espiritualmente cuando la verdad es que estamos estancados y nos engañamos imaginando que somos sabios cuando somos patéticamente necios.
Jesús dijo que el hombre sabio es aquél que escucha Sus palabras y las hace. El hombre necio también las escucha, pero no las hace.
No basta con escuchar un sermón y luego marcharse diciendo: “Qué mensaje tan maravilloso”. Lo apropiado es decir: “Haré algo con lo que he oído”. Un buen sermón no sólo ilumina la mente, calienta el corazón y nos conmueve, sino que también provoca la voluntad a la acción.
Un domingo cierto predicador interrumpió su sermón para preguntar a su congregación cuál era el nombre del primer himno que habían cantado esa mañana, y nadie lo supo. Luego preguntó qué pasaje de la Biblia se había leído, pero nadie pudo recordarlo. Preguntó qué anuncios se habían dado, y un gran silencio se hizo en el lugar. La gente estaba jugando a iglesia.
Antes de cada reunión, haríamos bien en hacernos estas preguntas: ¿A qué vine? ¿Estoy dispuesto a que Dios me hable? Y si me habla, ¿le obedeceré?
El Mar Muerto se ha ganado justamente su nombre por la entrada constante de aguas sin tener una salida correspondiente. En nuestra vida, la información sin aplicación nos conduce al estancamiento. La pregunta persistente del Salvador nos apremia: “¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?”
miércoles, 18 de diciembre de 2013
DIOS CUIDA A SU PUEBLO
Como las aves que vuelan, así
amparará Jehová de los ejércitos a
Jerusalén.
Isaías 31:5
a sus polluelos. No malgasta el tiempo en el camino cuando
viene a darles de comer o a librarles del peligro. Así acudirá el
Señor, con alas de águila para defender a sus escogidos; volará
sobre las alas del viento.
La madre extiende sus alas para cubrir en
el nido a sus pequeños. Los esconde interponiendo su propio
cuerpo. La gallina comunica su propio calor a sus pollos y de sus
alas hace casa donde moran contentos. Así obra Jehová para
proteger a sus escogidos. Él mismo es su refugio, su morada, su
todo.
Como aves que vuelan y como aves que
protegen (la palabra tiene ambos significados), así hará el Señor
con nosotros, y esto lo repetirá con éxito muchas veces. Seremos
amparados y guardados de todo mal: el Señor, que se compara
a las aves, no será como ellas en su debilidad, porque es
Jehová de los ejércitos. El amor eterno será pronto para defender
y seguro en su protección. Sea este nuestro consuelo. Las
alas de Dios son más rápidas y solícitas que las del ave, y nosotros
confiaremos a su sombra desde ahora y para siempre.
jueves, 12 de diciembre de 2013
EL TEMOR A JEHOVÁ
“Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová y para los que piensan en su nombre”
(Mal_3:16).
Es posible estar tan atareados que nuestras almas lleguen a ser estériles. La mucha actividad hace que nos ocupemos demasiado con nuestro trabajo y muy poco con nuestro Dios. Aquellos predicadores que no pasan mucho tiempo en meditación y comunión solos con el Señor muy pronto empiezan a dar mensajes de segunda mano, copiados de otros, que tienen poco o ningún poder espiritual. Todos debemos orar: “Señor, líbrame de la esterilidad de una vida ocupada”. Muchos creyentes tienen miedo a la soledad, tienen que estar con otros, hablando, trabajando, o viajando. No se toman el tiempo para estar en tranquila contemplación. Las presiones de la vida moderna nos impulsan a ser hiperactivos o personas que rinden más de lo esperado. Cogemos velocidad y nos cuesta detenernos. La vida parece ser un continuo empujar, empujar, empujar, seguir, seguir, seguir. El resultado es que no desarrollamos raíces espirituales profundas. Todavía repetimos las mismas frases hechas que compartimos con la gente veinte años atrás. ¡Ningún progreso en veinte años!
Y no obstante, están aquellos que se disciplinan a sí mismos para escapar de esta carrera de ratas, que rehúsan invitaciones y dejan de lado actividades secundarias para pasar un tiempo a solas con el Señor. Resueltamente hacen tiempo para orar y meditar. Tienen un escondite donde pueden dejar de escuchar el ruido del mundo para estar a solas con el Señor Jesús.
Estas personas tienen un caminar distinto, de poder interior, en el que andan con el Señor. “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto” (Sal_25:14). Dios les revela secretos de los que nosotros, en nuestras vidas delirantes, no sabemos nada. Hay una comunicación de inteligencia divina en lo que respecta a la dirección en la vida cotidiana, en relación a los eventos que suceden en el mundo espiritual, y en relación con el futuro. Aquellos que habitan en el santuario a menudo tienen visiones de Dios que no conocen en absoluto los que viven en los suburbios. Fue aquél que se recostaba en el seno del Salvador a quien le fue dada la revelación de Jesucristo.
Frecuentemente pienso en estas palabras de Cecilio: “Yo digo en todas partes y a todos, que debes mantener una relación con Dios o tu alma morirá. Debes caminar con Dios o Satanás caminará contigo. Debes crecer en la gracia o la perderás; y no puedes hacer esto sino dándole a este propósito una porción conveniente de tu tiempo y empleando diligentemente los medios pertinentes. No me explico cómo es que algunos cristianos pasan tan poco tiempo de recogimiento y aislamiento. Encuentro en el espíritu de esta edad un fuerte principio de asimilación. Arrastra violentamente mi mente a su remolino y me hunde entre las heces y suciedad de la naturaleza carnal... Estoy obligado a retirarme regularmente y decir a mi corazón: ‘¿Qué estás haciendo? ¿Dónde estás ahora?’”.
(Mal_3:16).
Es posible estar tan atareados que nuestras almas lleguen a ser estériles. La mucha actividad hace que nos ocupemos demasiado con nuestro trabajo y muy poco con nuestro Dios. Aquellos predicadores que no pasan mucho tiempo en meditación y comunión solos con el Señor muy pronto empiezan a dar mensajes de segunda mano, copiados de otros, que tienen poco o ningún poder espiritual. Todos debemos orar: “Señor, líbrame de la esterilidad de una vida ocupada”. Muchos creyentes tienen miedo a la soledad, tienen que estar con otros, hablando, trabajando, o viajando. No se toman el tiempo para estar en tranquila contemplación. Las presiones de la vida moderna nos impulsan a ser hiperactivos o personas que rinden más de lo esperado. Cogemos velocidad y nos cuesta detenernos. La vida parece ser un continuo empujar, empujar, empujar, seguir, seguir, seguir. El resultado es que no desarrollamos raíces espirituales profundas. Todavía repetimos las mismas frases hechas que compartimos con la gente veinte años atrás. ¡Ningún progreso en veinte años!
Y no obstante, están aquellos que se disciplinan a sí mismos para escapar de esta carrera de ratas, que rehúsan invitaciones y dejan de lado actividades secundarias para pasar un tiempo a solas con el Señor. Resueltamente hacen tiempo para orar y meditar. Tienen un escondite donde pueden dejar de escuchar el ruido del mundo para estar a solas con el Señor Jesús.
Estas personas tienen un caminar distinto, de poder interior, en el que andan con el Señor. “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto” (Sal_25:14). Dios les revela secretos de los que nosotros, en nuestras vidas delirantes, no sabemos nada. Hay una comunicación de inteligencia divina en lo que respecta a la dirección en la vida cotidiana, en relación a los eventos que suceden en el mundo espiritual, y en relación con el futuro. Aquellos que habitan en el santuario a menudo tienen visiones de Dios que no conocen en absoluto los que viven en los suburbios. Fue aquél que se recostaba en el seno del Salvador a quien le fue dada la revelación de Jesucristo.
Frecuentemente pienso en estas palabras de Cecilio: “Yo digo en todas partes y a todos, que debes mantener una relación con Dios o tu alma morirá. Debes caminar con Dios o Satanás caminará contigo. Debes crecer en la gracia o la perderás; y no puedes hacer esto sino dándole a este propósito una porción conveniente de tu tiempo y empleando diligentemente los medios pertinentes. No me explico cómo es que algunos cristianos pasan tan poco tiempo de recogimiento y aislamiento. Encuentro en el espíritu de esta edad un fuerte principio de asimilación. Arrastra violentamente mi mente a su remolino y me hunde entre las heces y suciedad de la naturaleza carnal... Estoy obligado a retirarme regularmente y decir a mi corazón: ‘¿Qué estás haciendo? ¿Dónde estás ahora?’”.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
DEFENDIENDO LA SANA DOCTRINA
Mat 7:28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
Mat 7:29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Pro 4:2 Porque os doy buena enseñanza;
No desamparéis mi ley.
Tit 1:9 retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.
EL SENTIDO DE LA VIDA
El sentido de la vida
Grandes hombres del pensamiento y de la
expresión hablada y escrita, se han preguntado acerca del misterio de la
existencia. ¡Estoy!, ¡soy!, ¡luego existo!, pero ¿por qué? ¿Para qué? ¿Somos
acaso el producto teórico de muchos factores ambientales condicionantes, sean
de tipo biológico o psicológico? Siendo tan grande el Universo. ¿Por qué
vivimos en este pequeño globo? Y entre los seres vivos ¿Por qué solo nosotros
los seres humanos, tenemos el don de la palabra? El Evangelio que escribe el
apóstol Juan comienza así: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios y el Verbo era Dios”.
A los animales que no hablan, o los sometemos y adiestramos, o nos los comemos, siempre y en todos los casos. Sin embargo, a los seres pensantes y hablantes, nunca se les puede someter, solo temporalmente por algún loco tirano que cree que es dueño de todo y que está sobre todos; pero ninguno lo ha logrado jamás de manera absoluta. ¿Por qué? Porque somos libres, somos seres libres en última instancia. La libertad de ser hombres libres nunca le pueden matar, como dijera Viktor Frank en lo último de las libertades humanas.- La elección es la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino.- Nadie decide por ti, la última decisión está en tu corazón y en tu boca.
El ser humano dispone de una enorme área de libertad, pero con límites muy específicos. La capacidad de movimientos es enorme, pero las limitaciones también lo son. Creo en la capacidad del ser humano para escoger, a diferencia de otros seres vivos, podemos escoger libremente en muchas formas y direcciones, pero cada decisión, cada elección, tiene un coste y unas consecuencias, y esta verdad es un axioma que no tiene objeción.
Las cosas, son solo el arte o la expresión de la vida con sentido. Las cosas, son todo lo que hacemos, producimos y realizamos, y es donde los seres humanos expresamos nuestras vidas. Pero la vida tiene un sentido más profundo, amplio y generoso; es triste la persona que no ama la vida.
En el idioma griego, la palabra “Logos” tiene muchas acepciones, entre ellas, “palabra”, “verbo”, y “sentido” o “significado”. En el Evangelio se nos explica que Logos significa que Dios habla, que el único Dios verdadero creador de cielos y tierra, nuestro Creador, no está callado; Él es el único Dios pensante y hablante. Él nos ha creado con la capacidad de pensar y hablar, por eso somos hechos a su imagen y semejanza.
“El Verbo era Dios…” y más adelante leemos… “El Verbo se hizo carne”. Aquella palabra que no entendíamos, vino a tener sentido para nosotros; así Él vino al mundo para dar significado a nuestra vida. Comprobarlo, sin verbo no hay posibilidad de comunicarnos; el Verbo vino al mundo para explicarnos el sentido de la vida. Que la vida no acaba aquí, que tiene una proyección a los espacios y tiempos abiertos sin fin.
Todo lo que acontece y hacemos aquí en la tierra es muy importante, pero es temporal. Todo coopera para una mayor comprensión de la vida. Dios siempre tuvo una relación afectiva de amor, Él desea que nos conozcamos, que nos amemos y nos podamos explicar por medio del arte de hablar, que nos expresemos por medio del arte, la escritura, la palabra, la música, la arquitectura, la pintura y la expresión corporal. Descubrir el arte de amar, pero no amar las cosas como primer objetivo; pues eso tendría que ver con el arte de tener, y algunos tienen mucho oficio en ese arte. Yo me refiero al arte de amar, de ser, de encontrar la verdadera comunicación, el verdadero sentido de la vida.
“La fe viene por el oír, y por el oír de la Palabra de Dios”. (San Pablo)
“La palabra que yo os he hablado, son espíritu y son vida”. (Jesucristo)
“Yo soy el camino, la verdad y la vida”. (Jesucristo)
A los animales que no hablan, o los sometemos y adiestramos, o nos los comemos, siempre y en todos los casos. Sin embargo, a los seres pensantes y hablantes, nunca se les puede someter, solo temporalmente por algún loco tirano que cree que es dueño de todo y que está sobre todos; pero ninguno lo ha logrado jamás de manera absoluta. ¿Por qué? Porque somos libres, somos seres libres en última instancia. La libertad de ser hombres libres nunca le pueden matar, como dijera Viktor Frank en lo último de las libertades humanas.- La elección es la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino.- Nadie decide por ti, la última decisión está en tu corazón y en tu boca.
El ser humano dispone de una enorme área de libertad, pero con límites muy específicos. La capacidad de movimientos es enorme, pero las limitaciones también lo son. Creo en la capacidad del ser humano para escoger, a diferencia de otros seres vivos, podemos escoger libremente en muchas formas y direcciones, pero cada decisión, cada elección, tiene un coste y unas consecuencias, y esta verdad es un axioma que no tiene objeción.
Las cosas, son solo el arte o la expresión de la vida con sentido. Las cosas, son todo lo que hacemos, producimos y realizamos, y es donde los seres humanos expresamos nuestras vidas. Pero la vida tiene un sentido más profundo, amplio y generoso; es triste la persona que no ama la vida.
En el idioma griego, la palabra “Logos” tiene muchas acepciones, entre ellas, “palabra”, “verbo”, y “sentido” o “significado”. En el Evangelio se nos explica que Logos significa que Dios habla, que el único Dios verdadero creador de cielos y tierra, nuestro Creador, no está callado; Él es el único Dios pensante y hablante. Él nos ha creado con la capacidad de pensar y hablar, por eso somos hechos a su imagen y semejanza.
“El Verbo era Dios…” y más adelante leemos… “El Verbo se hizo carne”. Aquella palabra que no entendíamos, vino a tener sentido para nosotros; así Él vino al mundo para dar significado a nuestra vida. Comprobarlo, sin verbo no hay posibilidad de comunicarnos; el Verbo vino al mundo para explicarnos el sentido de la vida. Que la vida no acaba aquí, que tiene una proyección a los espacios y tiempos abiertos sin fin.
Todo lo que acontece y hacemos aquí en la tierra es muy importante, pero es temporal. Todo coopera para una mayor comprensión de la vida. Dios siempre tuvo una relación afectiva de amor, Él desea que nos conozcamos, que nos amemos y nos podamos explicar por medio del arte de hablar, que nos expresemos por medio del arte, la escritura, la palabra, la música, la arquitectura, la pintura y la expresión corporal. Descubrir el arte de amar, pero no amar las cosas como primer objetivo; pues eso tendría que ver con el arte de tener, y algunos tienen mucho oficio en ese arte. Yo me refiero al arte de amar, de ser, de encontrar la verdadera comunicación, el verdadero sentido de la vida.
“La fe viene por el oír, y por el oír de la Palabra de Dios”. (San Pablo)
“La palabra que yo os he hablado, son espíritu y son vida”. (Jesucristo)
“Yo soy el camino, la verdad y la vida”. (Jesucristo)
miércoles, 4 de diciembre de 2013
¿ES BIBLICA LA FIESTA DE LA NAVIDAD ? ( ESTUDIO )
EL
FESTIVAL DE
LA
NAVIDAD
Navidad ¡25 de Diciembre!, es el día
designado en nuestros calendarios como el día del nacimiento de Cristo. ¿Pero
es verdaderamente el día en que Cristo nació? ¿Son las costumbres de ésta
temporada de origen cristiano, ó son las Navidades el resultado de otra mezcla
entre el paganismo y el cristianismo?
Como hemos de ver, ¡el 25 de Diciembre no es la fecha en que Cristo
nació! Es evidente que nuestro Salvador no nació durante el invierno, pues
cuando él nació, los pastores velaban sus rebaños en el campo. "Había
pastores en aquella región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche
sobre su rebaño." (Lucas 2:8). Como es sabido, los pastores en Palestina
no hacen esto durante el invierno. Siempre traen sus rebaños de las montañas a
los rediles antes del 15 de Octubre. Con esto está claro que Cristo no nació a
mitad del invierno. ¿No dicen las Escrituras en que época del año nació Cristo?
¡Sí! Las escrituras indican que nació en el Otoño.
El ministerio de nuestro Señor en la tierra duró tres años y medio
(Daniel 9:27). Su muerte ocurrió al final en la pascua (Juan 18:39), lo cual
era en la primavera. Así que tres años y medio antes del comienzo de su
ministerio terrenal, marcan el principio de su ministerio en el otoño. Ahora
bien, al comenzar Jesús su ministerio, tenía 30 años (Lucas 3:23). Esta era la
edad aceptable para que un sacerdote pudiera empezar su ministerio, según el
Antiguo Testamento (Números 4:3).
De manera que como Cristo comenzó su ministerio a la edad de 30 años y
esto era en Otoño, 30 años atrás marcaría su nacimiento en dicha estación del
año y no en el Invierno.
Aunque las Escrituras no indican la fecha exacta del nacimiento de
Jesús, hay medio para averiguar la fecha aproximada del nacimiento de Juan el
Bautista y como Juan nació 6 meses antes de Cristo, al comparar ambas fechas
podemos darnos cuenta de la fecha aproximada en que nació Jesús. Zacarías el
padre de Juan, era sacerdote en el templo de Jerusalén. En aquella época cada
sacerdote tenía un tiempo definido del año en que servía en el templo. Había 24
divisiones o cursos de servicio durante el año. Los nombres de estos cursos son
dados en 1a.de Crónicas 24:7-19. De acuerdo a Josefo (escritor judío, en su
libro Antigüedades de los Judíos, vol. 7, p.7,14). Cada uno de aquellos cursos
duraba una semana; la primera semana comenzaba en el primer mes, Nisán (Ester
3:7), al principio de la Primavera. Después de 6 meses, ese orden de cursos o
divisiones era repetido para que cada sacerdote pudiera servir dos veces al año
durante una semana. Entonces tres semanas del año todos los sacerdotes servían
juntamente durante el período de la Pascua, Pentecostés y la Fiesta de los
Tabernáculos.
Con estos datos como fundamento, notemos que curso o división era el que
Zacarías servía entonces: (Lucas 1:5-13). "En los días de Herodes, rey de
Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías.… Aconteció
que, cuando Zacarías ejercía el sacerdocio delante de Dios, en el turno de su
clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó por sorteo entrar en el
templo del Señor para quemar el incienso… Entonces el ángel del Señor se le
apareció, puesto de pie a la derecha del altar del incienso. Zacarías se turbó
cuando le vio, y el temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: --¡No temas,
Zacarías! Porque tu oración ha sido atendida. Tu esposa Elisabet te dará a luz
un hijo, y llamarás su nombre Juan."¿En que época del año ejercía Zacarías
la clase de Abías?
De acuerdo con 1a.Crónicas 14:10, la clase de Abías era la octava en
orden. Es decir, la fecha era entre Iyar 27 y Siván 5; o sea, del 1o. al 8 de
Junio. Después de su servicio semanal en el templo, Zacarías fue obligado a
permanecer otra semana porque a la siguiente era Pentecostés. Pero tan pronto
como cumplió su ministerio, regresó a su casa en los montes de Judea,
aproximadamente a 50 kilómetros al sur de Jerusalén; y su esposa concibió
(Lucas 1:23, 24), esto fue aproximadamente a mediados de Junio; al añadir 9
meses a esto, llegamos a una fecha aproximada del nacimiento de Juan. De
acuerdo a esto Juan nació al principio de la Primavera (en Marzo).
Puesto que Jesús era 6 meses menor que Juan (Lucas 1:26,36) simplemente
añadimos este tiempo a la fecha en que Juan nació a mediados de Septiembre.
Como podemos ver, nuestro Señor nació en el Otoño y no el 25 de Diciembre.
Otra prueba de esta conclusión la tenemos en el hecho de que cuando
Jesús nació, José y María habían ido a Belén a empadronarse (Lucas 2:1-50). No
hay registros que indiquen que este período fuese en Invierno, ni motivo alguno
para creer como hemos leído muchas veces en comentarios sobre Navidad, que el
empadronamiento había causado la aglomeración de extranjeros que no permitió a
José y María encontrar lugar en el mesón. No hay ninguna razón para creer que
fuesen tanto los judíos originarios de Belén radicados en estas poblaciones
pues todos los judíos se hallaban unidos a las tierras de sus antepasados. José
tuvo que hacerlo por causa de la persecución de Herodes contra el niño Jesús.
¿Qué causaría, pues, la aglomeración? Lo más probable es que fuera la fiesta
anual de Otoño a la que José y María solían concurrir como buenos judíos y
aunque esta vez tenían razón para abstenerse, dado el estado de María, no
pudieron hacerlo por coincidir con la nota real del empadronamiento "cada
cual en la ciudad donde era nacido" (Lucas 2:1).
Jerusalén era normalmente una población de 120,000 habitantes, pero
según Josefo, durante las fiestas algunas veces se reunían hasta dos millones
de judíos. Con tan grandes multitudes la gente que venía a las fiestas, no
solamente se llenaba Jerusalén, sino que también la aldea de Belén, situada a
sólo 8 km. Al sur. Esto era al final de la siembra. Todo esto y la evidencia
dada anteriormente, indican que el nacimiento de Cristo fue en el Otoño y no el
25 de Diciembre.
Si Cristo no nació en Diciembre, ¿Cómo llegó este día a ser parte del
calendario de la Iglesia? La historia nos da la respuesta. En vez de ser este
día el nacimiento de nuestro Salvador, éste era el día en que los paganos,
durante muchos siglos, celebraron el nacimiento de su dios solar. Un estudio de
esto demostrará cuanto se rebajaron los líderes de la Iglesia apóstata en sus
esfuerzos por unir el paganismo con el cristianismo hasta el punto de poner el
nacimiento de Cristo en una fecha que armonizara con la celebración pagana del
nacimiento del dios-sol. Fue en el siglo V, que la Iglesia Católica Romana
ordenó que el nacimiento de Cristo fuera observado el 25 de Diciembre, el día
de la antigua fiesta romana del solsticio de Invierno.
Dice un notable escritor: ‘La época invernal era cuando todos los dioses
solares, desde Osiris hasta Júpiter y Mitra, celebraban sus cumpleaños. Las
celebraciones consistían en árboles de pino para Adodis, Saturno y otros que
representaban el calor del nuevo nacimiento del sol en forma de fuego…"
(La Rama Dorada, p. 471).
En Babilonia el cumpleaños era de Tammuz era celebrado en ésta época del
año con grandes fiestas, celebraciones y borracheras, igual que se celebra hoy
en día. La vieja celebración se dispersó y llegó a ser una costumbre tan
arraigada en la ‘Roma y Grecia paganas en los días de los bárbaros teutónicos,
como en las épocas remotas de la civilización egipcia y en todas partes este
período era siempre celebrado con fiestas y regocijo (Curiosidades de
Costumbres Populares, p. 242).
Cuando este festival del Invierno llegó a Roma era conocido como la
Saturnalia, Saturno no era más que otro nombre de Nimrod o Tammuz, como el
"Dios escondido" Esta fiesta era una época de libertinaje y
borrachera cuando todas las restricciones de la ley eran puestas a un lado.
Fue esta misma fiesta la que se tomó para la celebración del nacimiento
de Cristo y que ha llegado hasta la presente civilización. "Es algo
conocido, afirma un escritor, que la mayoría de nuestra relación con la
temporada de Navidad y las fiestas, es el de dar regalos y el sentimiento de
amistad, lo cual no es más que una herencia del festival de Invierno Romano
procedente de la Saturnalia, que proviene del paganismo (La Herencia de Roma,
p. 242). Tertuliano menciona la práctica de intercambiar regalos en esta
temporada como parte de la Saturnalia romana. Cuando este festival fue adoptado
por la Iglesia Romana, también se adoptó esta costumbre. De ese modo trataron
de hallar alguna similitud entre el paganismo y la religión cristiana, se dijo
que era en recuerdo de los dones que los reyes magos presentaron al niño Jesús.
Pero no es así. Los magos no intercambiaron regalos entre ellos, sino que
dieron sus regalos a Jesús, el nacido Rey de los Judíos. (Era una costumbre
oriental el presentar regalos al estar ante un Rey). Pero estos no eran regalos
de nacimiento. Cuando los magos llegaron, fue mucho después del nacimiento de
Jesús. Para ésta fecha él ya vivía en su casa, (Mateo 2:9-11) y no en el
establo. Obviamente, los regalos de los magos no eran regalos
"navideños".
No tenemos espacio suficiente para tratar sobre todas las costumbres
navideñas como Santa Claus, y el comercialismo que se opera en esta temporada,
pero vemos que todo ello está falto de fundamento bíblico y claramente
identifica nuestras costumbres de hoy con las de la Saturnalia de la Roma
pagana.
Finalmente, para concluir con las costumbres de la temporada
"navideña" mencionaremos el árbol de Navidad. Una fábula Babilónica
decía que Semiramis, la madre de Tammuz, afirmaba que durante una noche, un
árbol verde se desarrolló de un tronco muerto. El tronco supuestamente
representaba a su esposo muerto, Nímrod, ¡Y el árbol de pino llegó a ser el
símbolo de que Nímrod había revivido en la persona de Tammuz! La idea se
propagó y se desarrolló tanto que muchas naciones tienen sus propias leyendas
de árboles sagrados. Entre los Druídas, los Egipcios, los Romanos (los cuales
adornaban sus árboles con cerezas rojas durante la Saturnalia) los Escandinavos
y muchos más. Y al igual que otros ritos paganos, fueron absorbidos por el
"cristianismo". Así mismo lo fue el uso del árbol de Navidad, el cual
recapitula la idea del culto con sus esferas brillantes en símbolo del sol…y todas
las festividades del Invierno pagano han sido incorporadas al día de la
Navidad. En no menos de diez referencias bíblicas, el árbol verde es asociado
con idolatría y culto falso (Deut.) 12:2; 1Rey. 14:23; 2Rey. 16:4; 17:10; Eze.
6:13 etc.).
Naturalmente las gentes de la época de Ezequiel, como lo indica el
contenido de este pasaje estaban realmente haciendo un ídolo del leño. No
queremos decir que en nuestros tiempos la gente ponga el árbol de Navidad en
sus hogares o iglesias para ‘adorar’ a un árbol. Lo que estamos diciendo es que
el uso del árbol de Navidad es claramente algo traído del paganismo en una
forma modificada. Pero cualquiera que sea la diferencia entre el viejo uso del
árbol y las costumbres del presente, nadie puede negar que las costumbres son
cosas de los hombres y Dios dice: "Las costumbres de los pueblos son
vanidad" (Jeremías 10:3), sin valor vacías, no añaden poder al verdadero
culto.
De manera que como Cristo comenzó su ministerio a la edad de 30 años y
esto era en Otoño, 30 años atrás marcaría su nacimiento en dicha estación del
año y no en el Invierno.
Aunque las Escrituras no indican la fecha exacta del nacimiento de
Jesús, hay medio para averiguar la fecha aproximada del nacimiento de Juan el
Bautista y como Juan nació 6 meses antes de Cristo, al comparar ambas fechas
podemos darnos cuenta de la fecha aproximada en que nació Jesús. Zacarías el
padre de Juan, era sacerdote en el templo de Jerusalén. En aquella época cada
sacerdote tenía un tiempo definido del año en que servía en el templo. Había 24
divisiones o cursos de servicio durante el año. Los nombres de estos cursos son
dados en 1a.de Crónicas 24:7-19. De acuerdo a Josefo (escritor judío, en su
libro Antigüedades de los Judíos, vol. 7, p.7, 14). Cada uno de aquellos cursos
duraba una semana; la primera semana comenzaba en el primer mes, Nisán (Ester
3:7), al principio de la Primavera. Después de 6 meses, ese orden de cursos o
divisiones era repetido para que cada sacerdote pudiera servir dos veces al año
durante una semana. Entonces tres semanas del año todos los sacerdotes servían
juntamente durante el período de la Pascua, Pentecostés y la Fiesta de los
Tabernáculos.
Con estos datos como fundamento, notemos que curso o división era el que
Zacarías servía entonces: (Lucas 1:5-13). "En los días de Herodes, rey de
Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías.… Aconteció
que, cuando Zacarías ejercía el sacerdocio delante de Dios, en el turno de su
clase, conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó por sorteo entrar en el
templo del Señor para quemar el incienso… Entonces el ángel del Señor se le
apareció, puesto de pie a la derecha del altar del incienso. Zacarías se turbó
cuando le vio, y el temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: --¡No temas,
Zacarías! Porque tu oración ha sido atendida. Tu esposa Elisabet te dará a luz
un hijo, y llamarás su nombre Juan." ¿En que época del año ejercía
Zacarías la clase de Abías? De acuerdo con 1a.Crónicas 14:10, la clase de Abías
era la octava en orden. Es decir, la fecha era entre Iyar 27 y Siván 5; o sea,
del 1o. al 8 de Junio. Después de su servicio semanal en el templo, Zacarías
fue obligado a permanecer otra semana porque a la siguiente era Pentecostés.
Pero tan pronto como cumplió su ministerio, regresó a su casa en los montes de
Judea, aproximadamente a 50 kilómetros al sur de Jerusalén; y su esposa
concibió (Lucas 1:23, 24), esto fue aproximadamente a mediados de Junio; al
añadir 9 meses a esto, llegamos a una fecha aproximada del nacimiento de Juan.
De acuerdo a esto Juan nació al principio de la Primavera (en Marzo).
Puesto que Jesús era 6 meses menor que Juan (Lucas 1:26,36) simplemente
añadimos este tiempo a la fecha en que Juan nació a mediados de Septiembre.
Como podemos ver, nuestro Señor nació en el Otoño y no el 25 de Diciembre.
Otra prueba de esta conclusión la tenemos en el hecho de que cuando
Jesús nació, José y María habían ido a Belén a empadronarse (Lucas 2:1-50). No
hay registros que indiquen que este período fuese en Invierno, ni motivo alguno
para creer como hemos leído muchas veces en comentarios sobre Navidad, que el
empadronamiento había causado la aglomeración de extranjeros que no permitió a
José y María encontrar lugar en el mesón. No hay ninguna razón para creer que
fuesen tanto los judíos originarios de Belén radicados en estas poblaciones
pues todos los judíos se hallaban unidos a las tierras de sus antepasados. José
tuvo que hacerlo por causa de la persecución de Herodes contra el niño Jesús.
¿Qué causaría, pues, la aglomeración? Lo más probable es que fuera la fiesta
anual de Otoño a la que José y María solían concurrir como buenos judíos y
aunque esta vez tenían razón para abstenerse, dado el estado de María, no
pudieron hacerlo por coincidir con la nota real del empadronamiento "cada
cual en la ciudad donde era nacido" (Lucas 2:1).
Jerusalén era normalmente una población de 120,000 habitantes, pero
según Josefo, durante las fiestas algunas veces se reunían hasta dos millones
de judíos. Con tan grandes multitudes la gente que venía a las fiestas, no
solamente se llenaba Jerusalén, sino que también la aldea de Belén, situada a
sólo 8 km. Al sur. Esto era al final de la siembra. Todo esto y la evidencia
dada anteriormente, indican que el nacimiento de Cristo fue en el Otoño y no el
25 de Diciembre.
Si Cristo no nació en Diciembre, ¿Cómo llegó este día a ser parte del
calendario de la Iglesia? La historia nos da la respuesta. En vez de ser este
día el nacimiento de nuestro Salvador, éste era el día en que los paganos,
durante muchos siglos, celebraron el nacimiento de su dios solar. Un estudio de
esto demostrará cuanto se rebajaron los líderes de la Iglesia apóstata en sus
esfuerzos por unir el paganismo con el cristianismo hasta el punto de poner el
nacimiento de Cristo en una fecha que armonizara con la celebración pagana del
nacimiento del dios-sol. Fue en el siglo V, que la Iglesia Católica Romana
ordenó que el nacimiento de Cristo fuera observado el 25 de Diciembre, el día
de la antigua fiesta romana del solsticio de Invierno.
Dice un notable escritor: ‘La época invernal era cuando todos los dioses
solares, desde Osiris hasta Júpiter y Mitra, celebraban sus cumpleaños. Las
celebraciones consistían en árboles de pino para Adodis, Saturno y otros que
representaban el calor del nuevo nacimiento del sol en forma de fuego…"
(La Rama Dorada, p. 471).
En Babilonia el cumpleaños de Tammuz era celebrado en ésta época del año
con grandes fiestas, celebraciones y borracheras, igual que se celebra hoy en
día. La vieja celebración se dispersó y llegó a ser una costumbre tan arraigada
en la ‘Roma y Grecia paganas en los días de los bárbaros teutónicos, como en
las épocas remotas de la civilización egipcia y en todas partes este período
era siempre celebrado con fiestas y regocijo (Curiosidades de Costumbres
Populares, p. 242).
martes, 3 de diciembre de 2013
LOS CREDOS
EL CREDO DE LOS
APÓSTOLES
Creo en Dios Padre, Todopoderoso Creador
del Cielo y la Tierra.
Creo en Jesucristo, Su Unigénito Hijo,
nuestro Señor quien fue concebido por el Espíritu Santo, nacido de la virgen
María; sufrió bajo Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió al infierno; al tercer día resucitó de entre los muertos; ascendió al
cielo, y se sentó a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí vendrá a
juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia Universal, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección del cuerpo, y la vida eterna. AMEN
EL CREDO NICENO
Creemos en un solo Dios, Padre
Todopoderoso, creador de Cielo y Tierra, de todo lo visible e invisible.
Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre
antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios
verdadero, engendrado no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien
todo fue hecho. Que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo: por
obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen y se hizo hombre. Por
nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue
sepultado. Resucitó al tercer día, según las Escrituras, subió al cielo y está
sentado a la derecha del Padre. De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos
y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creemos en el Espíritu Santo, Señor y
dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe
en una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creemos en la
Iglesia, que es una, santa, universal y apostólica. Reconocemos un solo
bautismo para el perdón de los pecados. Esperamos la resurrección de los
muertos y la vida del mundo futuro. AMEN
EL CREDO DE CALCEDONIA
Nosotros, entonces, siguiendo a los
santos Padres, todos de común
consentimiento, enseñamos a los hombres
a confesar a Uno y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto
en Deidad y también perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre,
de cuerpo y alma racional; cosustancial (coesencial) con el Padre de acuerdo a
la Deidad, y cosustancial con nosotros de acuerdo a la Humanidad; en todas las
cosas como nosotros, sin pecado; engendrado del Padre antes de todas las
edades, de acuerdo a la Deidad; y en estos postreros días, para nosotros, y por
nuestra salvación, nacido de la virgen María, de acuerdo a la Humanidad; uno y
el mismo, Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos
naturalezas, inconfundibles, incambiables,
indivisibles, inseparables; por ningún
medio de distinción de naturalezas
desaparece por la unión, más bien es
preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una Persona y una
Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y
Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas desde el
principio lo han declarado con respecto a Él, y como el Señor Jesucristo mismo
nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres que nos ha sido dado.
AMEN
EL CREDO DE SAN ATANASIO
Todo el que quiera salvarse, debe ante
todo mantener la Fe Universal. El que no guardare ésta Fe íntegra y pura, sin
duda perecerá eternamente. Y la Fe Universal es ésta: que adoramos a un solo
Dios en Trinidad, y Trinidad en Unidad, sin confundir las Personas, ni dividir
la Sustancia. Porque es una la Persona del Padre, otra la del Hijo y otra la
del Espíritu Santo; mas la Divinidad del Padre, del Hijo y del Espíritu es toda
una, igual la Gloria, coeterna la Majestad. Así como es el Padre, así el Hijo,
así el Espíritu Santo. Increado es el Padre, increado el Hijo, increado el
Espíritu Santo. Incomprensible es el Padre, incomprensible el Hijo,
incomprensible el Espíritu Santo. Eterno es el Padre, eterno el Hijo, eterno el
Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno; como
también no son tres incomprensibles, ni tres increados, sino un solo increado y
un solo incomprensible. Asimismo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el
Espíritu Santo es Dios. Y sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios.
Así también, Señor es el Padre, Señor es el Hijo, Señor es el Espíritu Santo. Y
sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor. Porque así como la verdad
cristiana nos obliga a reconocer que cada una de las Personas de por sí es Dios
y Señor, así la religión Cristiana nos prohibe decir que hay tres Dioses o tres
Señores. El Padre por nadie es hecho, ni creado, ni engendrado. El Hijo es sólo
del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre
y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente. Hay, pues, un
Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres
Espíritus Santos. Y en ésta Trinidad nadie es primero ni postrero, ni nadie
mayor ni menor; sino que todas las tres Personas son coeternas juntamente y
coiguales.
De manera que en todo, como queda dicho,
se ha de adorar la Unidad en Trinidad, y la Trinidad en Unidad. Por tanto, el
que quiera salvarse debe pensar así de la Trinidad. Además, es necesario para
la salvación eterna que también crea correctamente en la Encarnación de nuestro
Señor Jesucristo. Porque la Fe verdadera, que creemos y confesamos, es que
nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre; Dios, de la Sustancia
del Padre, engrendado antes de todos los siglos; y Hombre, de la Sustancia de
su Madre, nacido en el mundo; perfecto Dios y perfecto Hombre, subsistente de
alma racional y de carne Humana; igual al Padre, según su Divinidad; inferior
al Padre, según su Humanidad. Quien, aunque sea Dios y Hombre, sin embargo, no
es dos, sino un solo Cristo;
uno, no por conversión de la Divinidad
en carne, sino por la asunción de la Humanidad en Dios; uno totalmente, no por
confusión de Sustancia, sino por unidad de Persona. Pues como el alma racional
y la carne es un solo hombre, así Dios y Hombre es un solo Cristo; El que
padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, resucitó al tercer
día de entre los muertos. Subió a los cielos, está sentado a la diestra del
Padre, Dios Todopoderoso, de donde ha de venir a juzgar a vivos y muertos. A
cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos y darán cuenta de sus
propias obras. Y los que hubieren obrado bien irán a la vida eterna; y los que
hubieren obrado mal, al fuego eterno. Esta es la Fe Universal, y quien no lo
crea fielmente no puede salvarse. AMEN
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